LA ESPERANZA EN MEDIO DE LA CRISIS

LA ESPERANZA EN MEDIO DE LA CRISIS

Se dice que cada persona pasará de dos a tres momentos de crisis en su vida. La muerte de un familiar, divorcio, pérdida de empleo, diagnóstico de una enfermedad, problemas económicos, el paso de un huracán entre otros. Estos momentos tienen el poder de destruirnos o fortalecernos. Todo depende de la forma que los afrontemos. 

En ese momento tenemos dos alternativas.  Abrazar la esperanza, que nos llevará a sentir y a pensar que las cosas pueden cambiar a nuestro favor y que en el futuro todo estará bien, o simplemente hundirnos en la desesperanza. Si optamos por la alternativa de la desesperanza dejaremos de luchar por lo que queremos permitiendo que nuestra vida se vaya a la deriva.

Se han hecho varios estudios sobre la Segunda Guerra Mundial, específicamente sobre los judíos que pudieron sobrevivir en los campos de concentración. Los investigadores se dieron cuenta que las personas que perdían la esperanza en que algún día podrían salir vivos de ese lugar, dejaban de luchar por sus vidas y al final se dejaban morir. En cambio, los que mantenían su esperanza lucharon hasta el final, se pudieron reponer de ese trauma y continuaron con sus vidas.

Les escribo porque pienso que en muchas ocasiones la falta de esperanza a provocado que dejemos de luchar por lo que queremos. Sin saberlo, quizás, nos detuvimos un poco antes de haber logrado nuestra meta. Impulsados por la desesperanza, muchos han tomado decisiones incorrectas. Hay persona que han llegado al extremo de dejarse morir, pensar en el suicidio, o incluso hacerle daño a otra persona.  

En este tiempo en que nuestro Puerto Rico pasa por un momento de crisis, yo prefiero agárrame a la opción de la esperanza, esta es la luz al final del túnel. Aunque la prueba sea muy fuerte, sentiremos la certeza de que lograremos vencer este momento de crisis. Sabemos que, si Dios ha permitido que pasemos por esta prueba, Él va a estar con nosotros. La crisis no viene para destruirnos, sino que seamos fortalecidos y transformados a través de ella.

Esa es mi esperanza.

Dr. Roberto Irizarry